La adhesión al evangelio

"La religión no es una ideología política", es una frase que me ha estado dando vueltas durante este fin de semana, con todas las noticias que he recibido de la visita de Benedicto XVI a la Tierra Prometida, junto con la polémica que está desarrollando la noticia por las fotografías del Padre Alberto, quien tenía un programa de televisión en Miami. ¿Cuál es la relación entre una peregrinación por la paz y un escándalo de carácter farandulero? Simple, la adhesión al evangelio.

El Padre Alberto después de este escándalo ha tratado de dar explicaciones de su actuar, que quiéralo o no, lleva implicaciones en la práctica de la vida de las personas, está haciendo de su hecho personal un hecho político (no estoy hablando de una política partidista o similar), el hecho es que implica a la vida de las demás personas, por los actos dichos y palabras de hombres que son públicos -lo mismo pienso todas las mañanas, porque la vocación de profesor, es también una vocación política-. Pero esta vocación no está motivada por ideologías, sino que por una convicción, de un encuentro con alguien que transforma la vida y el entorno en que se vive. Parece que eso es lo que se le olvida al Padre suspendido, ya que sus actos son escandalosos, lleva a otras personas a pensar que la jerarquía eclesiástica no sirve y que la tradición de la Iglesia es poco actualizada. Cosa que no es así.

Benedicto XVI nos da esa lección, su humildad frente a la visita a Medio Oriente fue uno de los signos más explícitos de la actitud de un sacerdote ante Dios, el respeto por la vida y el valor de las otras religiones en la cultura actual, de ahí que nuevamente diga la frase "la religión no es una ideología política", no son ideas las que están como base de la doctrina, sino es el actuar del Hijo de Dios en medio de los hombres, inclusivo y no excluyente, viviendo la humildad y, en cierto sentido el vaciamiento, volcándose hacia otros, en el servicio sin perder su identidad (ese es el valor de la palabra católico). En una visita a una mezquita el sumo pontífice había accedido a sacarse los zapatos para respetar las tradiciones de la religión islámica. ¿No es eso callar tal como lo hizo Jesús? De ese acto se manifiesta la grandeza del Vicario, que no es más que su Maestro.

En el fondo la adhesión al Evangelio no es un acto de soberbia y discurso dolido frente a un error personal, sino que más bien es un acto de humildad y vaciamiento, esos actos son los que de verdad transforma la política, sin discursos ni ideologías.

Comentarios

  1. Le saludo afectuosamente, en la oportunidad de comunicarle que he tenido el honor de otorgarle a su excelente Blog,"El Premio Horas Rotas Asaltador de Sueños". Esperando sea un motivo de alegría y causa para estrechar vínculos de amistad, fraternidada y solidaridad.

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  2. Muchas gracias por el premio, es simplemente conmovedor que este proyecto de teología para todos reciba este reconocimiento.

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