Caritas In Veritate (A Todo el Hombre y a Todos los Hombres)

Si se pudiese resumir el primer capítulo de la Encíclica Social de Benedicto XVI, recordando a la Encíclica Populorum Progressio de Pablo VI, es la esencia del mensaje de la misma: El desarrollo humano es respuesta a la vocación que Dios le ha dado al hombre:

En los designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse, porque toda vida es una vocación. Desde su nacimiento, ha sido dado a todos como un germen, un conjunto de aptitudes y de cualidades para hacerlas fructificar: su floración, fruto de la educación recibida en el propio ambiente y del esfuerzo personal, permitirá a cada uno orientarse hacia el destino, que le ha sido propuesto por el Creador.


Benedicto XVI profundiza en este mensaje y desarrolla la esencia de una frase que ha sido muy importante para entender el destino de toda reflexión social de la Iglesia: "A todo el hombre y a todos los hombres".

Caritas in Veritate, en su primer capítulo da cuenta de la continuidad de todo el pensamiento de la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II, y en concordancia con el mensaje y la tradición apostólica actual. Si la vocación de la humanidad es el desarrollo, éste no se queda simplemente en una constante evolución de la técnica o de la ciencia, sino que también busca la trascendencia, más allá de nuestra propia contingencia. Por ello es que los valores de la libertad, de la verdad y de la caridad también lleva a la humanidad entera a no ser excluyentes, y por otra parte a ser responsables de los que no participan directamente del progreso o, simplemente han sido excluidos del carro del progreso.

La respuesta ante esta exclusión es el ejercicio de la caridad, ya que, tal como lo expresó Pablo VI, el subdesarrollo no es tan sólo de un orden material, sino que va de la mano de no practicar la solidaridad ante los más necesitados, también cuando se alcanza los bienes no son bien encausados y mal administrados. El verdadero desarrollo se ve iluminado por el evangelio, que nos muestra a Cristo, el hombre verdadero que ha alcanzado y realizado plenamente su vocación, completando su camino de encuentro con el Creador.

"Todo hombre" en la Doctrina Social de la Iglesia da a entender que el mensaje de Cristo a la persona es completo, en todas sus dimensiones, no se ocupa simplemente del tema espiritual, sino que también de su contingencia, ya que el evangelio busca la salvación del hombre completo. Por otra parte la frase "a todos los hombres" hace referencia a su carácter universal, inclusivo y no excluyente, en todo tiempo y en todo lugar.

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