JESUCRISTO Y LAS OTRAS RELIGIONES
Aquí les dejo unos apuntes que tomé de las clases del P. Sergio Zañartu, profesor de Cristología, y hoy los pongo en mi blog (espero que no cobre derechos de copyright), porque me impactó la noticia de la muerte de seis filipinos católicos a manos de musulmanes, que al golpear a su puerta les preguntaron si eran católicos, ellos respondiendo que sí, fueron víctimas de la odiosidad religiosa; todo a causa de las caricaturas, ellos son ahora mártires, por dar razón de su esperanza, Cristo.
(Resumen a partir de las reflexiones del P. Sergio Zañartu)
El mundo actual se va convirtiendo en una aldea global, donde el empobrecimiento espiritual (el sin sentido) del Occidente racional y dominador, científico-técnico y consumista, nos confronta con las grandes culturas y religiones de Oriente. Tenemos que dar razón de nuestra esperanza, que es Cristo. El diálogo interreligioso es elemento integral de la misión evangelizadora de la Iglesia; es enriquecedor para todos los que movidos por el Espíritu, que actúa también fuera de la Iglesia, quieren crecer hacia la verdad plena.
El diálogo nos ayuda a reconocer que la Palabra de Dios se ha comunicado a esas religiones y que el Espíritu de Dios está presente en ellas con su presencia salvífica. Esto pertenece al incomprensible misterio de la presencia salvífica de Dios en el mundo, de un Dios siempre más grande. "Habiendo Cristo muerto por todos, y siendo en realidad la vocación última del hombre una sola, es decir divina, debemos sostener que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en forma solo por Dios conocida, se asocien a este misterio pascual." "El mismo Espíritu que ha actuado en la encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús y en la Iglesia, es el que actuó entre todos los pueblos antes de la encarnación y sigue actuando hoy entre las naciones, religiones y los pueblos."
El Vaticano II hace un reconocimiento fundamental de posibles caminos de Dios en otras religiones. Dice así un documento del Secretariado para los no cristianos: "Esa manera de ver las cosas ha llevado a los padres del concilio Vaticano II a afirmar que en las tradiciones religiosas no cristianas hay 'cosas verdaderas y buenas (OT 16), 'elementos estimables, religiosos y humanos' (GS 92), 'tradiciones contemplativas (AG 9), 'elementos de verdad y de gracia (Ib., 9) 'semillas del Verbo' (Ib. 11; 15), 'un resplandor de esta verdad que ilumina a todos los hombres' (NA 2?). Según las afirmaciones conciliares más explícitas, todos estos valores coinciden en las grandes tradiciones religiosas de la humanidad. Merecen, por tanto, la atención y la estima de los cristianos. Su patrimonio espiritual es una invitación eficaz al diálogo (cf. NA 2; 3; AG 11), no sólo sobre los puntos de convergencia, sino también sobre los divergentes."
¿Son esas tradiciones religiosas caminos de salvación para sus miembros? "El régimen de salvación establecido por Dios a través de la alianza con Noé, que simboliza las tradiciones religiosas de la humanidad, perdura durante el 'tiempo de la Iglesia' en todos los sitios donde el evangelio de Jesucristo no ha sido aún anunciado de manera efectiva. Estas mantienen a este respecto el papel que Dios les ha asignado como 'medios de salvación' reales, aunque sean esencialmente incompletos; ahora bien, desempeñan este papel en relación con el misterio de Jesucristo y bajo la influencia de su poder." Ahí todo hombre experimenta, aunque sea en forma velada, el amor y el perdón de Dios. Si se da esta experiencia de la gracia, es porque todo hombre se mueve en el plano existencial, que es sobrenatural, más allá (por eso trascendental) de lo que sería su propia capacidad natural.
Dios, en su amorosa condescendencia, sale al encuentro de la humanidad con sus figuras históricas de salvación y revelación. Esos signos de Dios a través de creaturas siempre pueden ser sobrepasados por una nueva manifestación. Esto culmina en Jesucristo, quien no puede ser sobrepasado, porque en él es el mismo Dios el que se da, lo que queda sellado por su muerte y aceptado por Dios en la resurrección. Cristo es, por tanto, el salvador absoluto, la palabra definitiva de Dios. El que culmine todo en Cristo no quita el que Dios también se haya manifestado en la historia en otras religiones, lo que parecería normal en el largo decurso del tiempo. Ellas tienden hacia Cristo, en cuanto el pecado no lo impida. La diferencia entre ellas y la revelación bíblica es que ésta está salvaguardada por el mismo Dios como el auténtico camino de salvación. Y al ser Cristo lo definitivo, él es el criterio de discernimiento respecto a lo auténtico de Dios en toda otra revelación. Así habría en diversas religiones girones de intervenciones de Dios. ¿Qué figuras de salvación en ellas apuntan al salvador absoluto?
Hemos explorado un poco, y en general, cómo englobar en nuestra visión unitaria de salvación en Cristo el pluralismo religioso representado en las otras tradiciones. Aludamos ahora a algunas de ellas más en concreto.
El hinduismo en India puede apreciar a Jesús como gran maestro y profeta de la humanidad. En el hinduismo popular, más teísta, se cree en las encarnaciones de la totalidad-Dios para vencer el mal y despertar el bien en el corazón de los hombres. En ese sentido son reconocidas como encarnaciones la de Buda, Jesús, Mahoma, etc. La mayoría de los intelectuales, por su parte, ven a Jesús como alguien que realizó ejemplarmente su identidad con lo divino, lo que es la meta de ellos. Por eso es un gran gurú. Pero ambas tendencias rechazan la unicidad de Jesucristo. Además les parece insensato asumir una encarnación real, lo que sería caer en lo histórico particular. Lo importante, para ellos, es el Cristo metahistórico, universal divino. Es un principio general, y su encorporizarse no se limitó a Jesús, sino que todo hombre puede llegar a ser Cristo. Luego, la vida de Jesús es una alegoría de la vida espiritual de todo hombre. La salvación es mediada por el Cristo eterno y no por el Jesús histórico.
La cultura china se diferencia claramente de la cultura de la India (marcada fuertemente por el pesimismo respecto al mundo e interesada en lo místico espiritual). Ciertamente también hay en ella una orientación cósmica. Pero en su rasgo fundamental (no sólo confucionista), la mentalidad china es optimista respecto al mundo, antropocéntrica y pragmática. Su interés principal es el hombre y su vida armónica sobre la tierra en la familia y en una sociedad que funcione. Su religión es profundamente de esta tierra y ética. Las religiones, para ella, son esencialmente iguales, en cuanto ayudan a que el hombre alcance su ideal ético. Por eso diversas corrientes religiosas, como el confucionismo, taoísmo y el budismo mahayana, pueden confluir a una nueva unidad. La pluralidad de religiones se debe sólo a que la divinidad altísima ha enviado a Confucio, Laotse, Buda, Cristo y Mahoma en diferentes situaciones con diversos mensajes, pero
todos ellos contienen la misma y única verdad ética. Jesucristo es uno entre muchos otros: de él interesa sobre todo su enseñanza ética (y su espontánea irradiación del amor).
Como vemos, tanto India como China pueden integrar a Cristo dentro de su visión religiosa, pero no al Cristo de nuestra fe cristiana, al único mediador. Lo que discuten es su absolutez, su unicidad.
Diferentes son los desafíos al pensar teológico que vienen de los monoteísmos unipersonales, como el judaísmo y el Islam. El judaísmo no tiene inconveniente en reconocer en Jesús de Nazaret un hermano, un gran testigo de su fe, pero no el Mesías ni menos el hijo de Dios en sentido estricto. El Islam reconoce en Jesús a un gran profeta anterior a Mahoma, quien es el último e insuperable. Judaísmo e Islam niegan rotundamente la posibilidad de la encarnación de Dios, lo que, como ya hemos visto, sería más difícil de concebir en un Dios unipersonal. Ambos reducen el misterio de Cristo, por así decirlo, a un adopcionismo. Modalismo y adopcionismo son, en cierto sentido, las herejías más racionales, y que hoy día pueden atraer en Occidente.
(Resumen a partir de las reflexiones del P. Sergio Zañartu)
El mundo actual se va convirtiendo en una aldea global, donde el empobrecimiento espiritual (el sin sentido) del Occidente racional y dominador, científico-técnico y consumista, nos confronta con las grandes culturas y religiones de Oriente. Tenemos que dar razón de nuestra esperanza, que es Cristo. El diálogo interreligioso es elemento integral de la misión evangelizadora de la Iglesia; es enriquecedor para todos los que movidos por el Espíritu, que actúa también fuera de la Iglesia, quieren crecer hacia la verdad plena.
El diálogo nos ayuda a reconocer que la Palabra de Dios se ha comunicado a esas religiones y que el Espíritu de Dios está presente en ellas con su presencia salvífica. Esto pertenece al incomprensible misterio de la presencia salvífica de Dios en el mundo, de un Dios siempre más grande. "Habiendo Cristo muerto por todos, y siendo en realidad la vocación última del hombre una sola, es decir divina, debemos sostener que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en forma solo por Dios conocida, se asocien a este misterio pascual." "El mismo Espíritu que ha actuado en la encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús y en la Iglesia, es el que actuó entre todos los pueblos antes de la encarnación y sigue actuando hoy entre las naciones, religiones y los pueblos."
El Vaticano II hace un reconocimiento fundamental de posibles caminos de Dios en otras religiones. Dice así un documento del Secretariado para los no cristianos: "Esa manera de ver las cosas ha llevado a los padres del concilio Vaticano II a afirmar que en las tradiciones religiosas no cristianas hay 'cosas verdaderas y buenas (OT 16), 'elementos estimables, religiosos y humanos' (GS 92), 'tradiciones contemplativas (AG 9), 'elementos de verdad y de gracia (Ib., 9) 'semillas del Verbo' (Ib. 11; 15), 'un resplandor de esta verdad que ilumina a todos los hombres' (NA 2?). Según las afirmaciones conciliares más explícitas, todos estos valores coinciden en las grandes tradiciones religiosas de la humanidad. Merecen, por tanto, la atención y la estima de los cristianos. Su patrimonio espiritual es una invitación eficaz al diálogo (cf. NA 2; 3; AG 11), no sólo sobre los puntos de convergencia, sino también sobre los divergentes."
¿Son esas tradiciones religiosas caminos de salvación para sus miembros? "El régimen de salvación establecido por Dios a través de la alianza con Noé, que simboliza las tradiciones religiosas de la humanidad, perdura durante el 'tiempo de la Iglesia' en todos los sitios donde el evangelio de Jesucristo no ha sido aún anunciado de manera efectiva. Estas mantienen a este respecto el papel que Dios les ha asignado como 'medios de salvación' reales, aunque sean esencialmente incompletos; ahora bien, desempeñan este papel en relación con el misterio de Jesucristo y bajo la influencia de su poder." Ahí todo hombre experimenta, aunque sea en forma velada, el amor y el perdón de Dios. Si se da esta experiencia de la gracia, es porque todo hombre se mueve en el plano existencial, que es sobrenatural, más allá (por eso trascendental) de lo que sería su propia capacidad natural.
Dios, en su amorosa condescendencia, sale al encuentro de la humanidad con sus figuras históricas de salvación y revelación. Esos signos de Dios a través de creaturas siempre pueden ser sobrepasados por una nueva manifestación. Esto culmina en Jesucristo, quien no puede ser sobrepasado, porque en él es el mismo Dios el que se da, lo que queda sellado por su muerte y aceptado por Dios en la resurrección. Cristo es, por tanto, el salvador absoluto, la palabra definitiva de Dios. El que culmine todo en Cristo no quita el que Dios también se haya manifestado en la historia en otras religiones, lo que parecería normal en el largo decurso del tiempo. Ellas tienden hacia Cristo, en cuanto el pecado no lo impida. La diferencia entre ellas y la revelación bíblica es que ésta está salvaguardada por el mismo Dios como el auténtico camino de salvación. Y al ser Cristo lo definitivo, él es el criterio de discernimiento respecto a lo auténtico de Dios en toda otra revelación. Así habría en diversas religiones girones de intervenciones de Dios. ¿Qué figuras de salvación en ellas apuntan al salvador absoluto?
Hemos explorado un poco, y en general, cómo englobar en nuestra visión unitaria de salvación en Cristo el pluralismo religioso representado en las otras tradiciones. Aludamos ahora a algunas de ellas más en concreto.
El hinduismo en India puede apreciar a Jesús como gran maestro y profeta de la humanidad. En el hinduismo popular, más teísta, se cree en las encarnaciones de la totalidad-Dios para vencer el mal y despertar el bien en el corazón de los hombres. En ese sentido son reconocidas como encarnaciones la de Buda, Jesús, Mahoma, etc. La mayoría de los intelectuales, por su parte, ven a Jesús como alguien que realizó ejemplarmente su identidad con lo divino, lo que es la meta de ellos. Por eso es un gran gurú. Pero ambas tendencias rechazan la unicidad de Jesucristo. Además les parece insensato asumir una encarnación real, lo que sería caer en lo histórico particular. Lo importante, para ellos, es el Cristo metahistórico, universal divino. Es un principio general, y su encorporizarse no se limitó a Jesús, sino que todo hombre puede llegar a ser Cristo. Luego, la vida de Jesús es una alegoría de la vida espiritual de todo hombre. La salvación es mediada por el Cristo eterno y no por el Jesús histórico.
La cultura china se diferencia claramente de la cultura de la India (marcada fuertemente por el pesimismo respecto al mundo e interesada en lo místico espiritual). Ciertamente también hay en ella una orientación cósmica. Pero en su rasgo fundamental (no sólo confucionista), la mentalidad china es optimista respecto al mundo, antropocéntrica y pragmática. Su interés principal es el hombre y su vida armónica sobre la tierra en la familia y en una sociedad que funcione. Su religión es profundamente de esta tierra y ética. Las religiones, para ella, son esencialmente iguales, en cuanto ayudan a que el hombre alcance su ideal ético. Por eso diversas corrientes religiosas, como el confucionismo, taoísmo y el budismo mahayana, pueden confluir a una nueva unidad. La pluralidad de religiones se debe sólo a que la divinidad altísima ha enviado a Confucio, Laotse, Buda, Cristo y Mahoma en diferentes situaciones con diversos mensajes, pero
todos ellos contienen la misma y única verdad ética. Jesucristo es uno entre muchos otros: de él interesa sobre todo su enseñanza ética (y su espontánea irradiación del amor).
Como vemos, tanto India como China pueden integrar a Cristo dentro de su visión religiosa, pero no al Cristo de nuestra fe cristiana, al único mediador. Lo que discuten es su absolutez, su unicidad.
Diferentes son los desafíos al pensar teológico que vienen de los monoteísmos unipersonales, como el judaísmo y el Islam. El judaísmo no tiene inconveniente en reconocer en Jesús de Nazaret un hermano, un gran testigo de su fe, pero no el Mesías ni menos el hijo de Dios en sentido estricto. El Islam reconoce en Jesús a un gran profeta anterior a Mahoma, quien es el último e insuperable. Judaísmo e Islam niegan rotundamente la posibilidad de la encarnación de Dios, lo que, como ya hemos visto, sería más difícil de concebir en un Dios unipersonal. Ambos reducen el misterio de Cristo, por así decirlo, a un adopcionismo. Modalismo y adopcionismo son, en cierto sentido, las herejías más racionales, y que hoy día pueden atraer en Occidente.
Hola, quería decirte que me encantó este artículo, a mí el tema del diálogo interreligioso me apasiona y creo que es clave para nuestro mundo. Te felicito por la página y espero seguir leyéndote.
ResponderBorrarHola, quería decirte que me encantó este artículo, a mí el tema del diálogo interreligioso me apasiona y creo que es clave para nuestro mundo. Te felicito por la página y espero seguir leyéndote.
ResponderBorrarI saw your english page, and i come from Viña del Mar...
ResponderBorrarMe deja impresionado que como seminarista te impresione tanto del budismos y las religiones orientales. Me gusta el diálgogo que tratas de hacer y de ver en cada cosa, la sabiduría de Dios en el Hombre.
A mí también me encanta el diálogo interreligioso, y espero algún día conversar cara a cara sobre estos temas.
Greetings!
¡Gracias! El interés viene desde chico. Siempre me fascinó la historia de las religiones, las mitologías, y en concreto la cultura y la filosofía de Oriente. Ya entrado en el seminario, mis búsquedas me pusieron en contacto con el budismo (sobre todo con el zen), y hace ya un par de años que voy tratando de leer sobre el tema. Pero todo lo que tenga que ver con la mística me interesa mucho (obviamente que sobre todo la cristiana, pero también en las otras religiones), y también sobre todo el diálogo con el judaísmo.
ResponderBorrar¿Así que sos de Viña? ¡Pensar que estuve ahí nomás hace apenas un par de semanas! Pero al tener mi familia en Mendoza, Chile está siempre muy cerca. ¡Nos estamos leyendo!