La Pascua y la Esperanza
Hace ya más de cinco años que no escribía algo en este Blog y, dadas las circunstancias acaecidas durante esta última semana me animo a escribir, más bien a descargar una serie de ideas que he ido barruntando a lo largo de estos siete días, desde la Pascua de Resurrección, pasando por la pascua de Francisco y hoy domingo de la Misericordia.
Creo que no fue tan sorpresivo que papa Francisco tuviese un fin a su vida, su delicado estado de salud ha propiciado una muerte, una serena muerte para él que está ahora en los brazos del Padre celestial; es, sin lugar a dudas un momento clave dentro de la encrucijada que vivirá la Iglesia en el mundo actual. Como teólogo vendrán días en que se evaluará el legado del hombre, el sacerdote, obispo de Buenos Aires y luego obispo de Roma, sus mensajes, peregrinaciones y gestos serán recordados como el Pontífice que fue a las periferias tanto del mundo como existenciales, viviendo la pobreza evangélica con aquellos que son los "preferidos del Padre celestial", así como gestos que le valieron el rechazo de naciones (en particular en mi país, Chile, donde confiando en lo que un grupo de obispos le había dicho sobre los abusos, no atendió directamente a las víctimas, a Dios gracias luego hubo un cambio que le valió el reconocimiento de su actuar, no así de algunos miembros que todavía no reconocen que los abusos a los más pequeños es el escándalo más grande de la Iglesia en el presente tiempo). Francisco fue un hombre que supo dar la cara y dar soluciones en la medida de lo posible, y eso es algo encomiable.
Con su partida comenzaron los desfiles de "expertos y expertas" que han hablado hasta por los codos en las cámaras de cuanto canal les ha dado pantalla. Lamentable que dichos expertos no hablen de lo esencial: los conflictos siempre han estados, pero hay que ser humildes, orar para que el Espíritu actúe en los cardenales, pues el papado antes de ser un cargo político es un servicio hacia la Iglesia, hacia cada niño, mujer y hombre que busca una señal de esperanza en medio de tanta incertidumbre. Lamentable es que digan que "espero que no haya un papa como Benedicto", me duele en el corazón que se critique sin saber en profundidad sobre lo que vivió cada sucesor de Pedro, las lágrimas que en silencio derrama por los fieles, el mensaje que hubo de entregar durante su vida y que perduran hasta el día de hoy, en continuidad con la tradición de la Iglesia que peregrina en la historia de la humanidad. Lamentable es que no se den cuenta de este hermoso camino que se recorre, este año es jubilar, estamos viviendo el "Jubileo de la Esperanza", con el lema "Spes non confundit" (La esperanza no defrauda de Rom 5,4), donde Francisco nos invitó a no caer en la desesperación que se está dando en el tiempo actual y donde tenemos que poner atención en los jóvenes, ancianos, en las naciones que no tienen las condiciones para superar la pobreza, entre otros destinatarios. Es tan valioso que, no hemos de olvidar que Benedicto XVI su última encíclica antes de abdicar a la sede de Pedro fue "Spes salvi", salvados por la fe, donde nos entrega una profunda reflexión acerca de la fe como virtud teologal y que nos mueve a anunciar al mundo la salvación en Cristo.
No puedo dejar de pensar en este hermoso hecho, que el lunes de la octava de Pascua haya partido Francisco, que durante estos días apareciesen los profetas de la desgracia y del temor, en especial aquellos que quieren caer a la Iglesia de Cristo, no hay que olvidar el mensaje de ambos papas sobre la esperanza. Y hoy domingo, cabe destacar el evangelio de Juan, donde Jesús nos dice tres veces: "Paz a ustedes". Donde está Cristo está el reinado de Dios que trae la verdadera paz a la humanidad.
Solo cabe orar para que el Padre del cielo, por medio del Espíritu Santo de Cristo, ilumine a los padres cardenales para elegir a quien ha de conducir a la Iglesia en medio del mundo.
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