Contingencias...
El silencio hace bien, y cuando es forzado por la vida misma, hace mejor. He estado silenciado porque la vida misma me ha superado, en donde la contingencia del día a día me ha hecho detenerme bruscamente, colisionando con que nada es para siempre, ni las propias pertenencias. Un robo fortuito me ha dejado con la pluma y la espada de comunicarme abiertamente y de expresar lo que tengo en maduración intelectual.
Este es precisamente el proceso por el que he estado viviendo, descubriendo que la vida misma depara más cosas de las que se puede uno imaginar, y desde allí la voz de Dios se escucha con mayor claridad, ahora entiendo aquella frase del justo Job: "El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor."
Esta sola experiencia me ha llevado por los recónditos actos humanos, desde la frustración hasta la rabia incontenida de haber perdido todo lo que es trabajos e historia de vida digitalizada, y me ha llevado a descubrir nuevamente lo esencial, y que todo es posible de alcanzar, por otros medios y circunstancias vitales. Nada se ha perdido, sólo se ha transformado, y en este momento entiendo con mayor razón a aquellos que lo han perdido todo, porque de la rabia he pasado a la solidaridad y la empatía, que es simplemente una contingencia en medio de la vida.
No paro de pensar en los millares de hermanos que han perdido más que yo, y que es una bofetada hacia mi mismo para pensar que, el perder objetos y llorarlos es una idolatría más, porque la vida sigue siendo algo transitorio, y de las cosas que poseemos nada llevaremos con nosotros tras la tumba. He tenido que re aprender lo que es la gracia de Dios, y dar gracias a Dios. Y a darle espacio a la gracia de Dios es el esfuerzo más grande, de reconocer que esta vida cada día es oportunidad y desafío para seguir adelante.
Gracias Señor.
Esta sola experiencia me ha llevado por los recónditos actos humanos, desde la frustración hasta la rabia incontenida de haber perdido todo lo que es trabajos e historia de vida digitalizada, y me ha llevado a descubrir nuevamente lo esencial, y que todo es posible de alcanzar, por otros medios y circunstancias vitales. Nada se ha perdido, sólo se ha transformado, y en este momento entiendo con mayor razón a aquellos que lo han perdido todo, porque de la rabia he pasado a la solidaridad y la empatía, que es simplemente una contingencia en medio de la vida.
No paro de pensar en los millares de hermanos que han perdido más que yo, y que es una bofetada hacia mi mismo para pensar que, el perder objetos y llorarlos es una idolatría más, porque la vida sigue siendo algo transitorio, y de las cosas que poseemos nada llevaremos con nosotros tras la tumba. He tenido que re aprender lo que es la gracia de Dios, y dar gracias a Dios. Y a darle espacio a la gracia de Dios es el esfuerzo más grande, de reconocer que esta vida cada día es oportunidad y desafío para seguir adelante.
Gracias Señor.
Las palabras justas en el momento preciso. Insisto, es ud. un ángel del Señor.
ResponderBorrarSaludos y Gracias!