Historia del Dogma Cristológico: Semiarrianismo Pneumatomacos y el Concilio de Constantinopla (381).
El problema suscitado con Arrio y la declaración del Concilio de Nicea (año 325) siguieron planteando algunos cuestionamientos y dudas con algunos conceptos y con la misma definición de las personas en la Trinidad:
a) Por una parte se reconoce que Jesús es de la misma naturaleza del Padre, ¿pero ello significa que le fue dada, o que el Padre es más poderoso que el Hijo? Entrando en la confusión en la cláusula “de la misma” (en griego homousius), ya que algunas corrientes cristianas empezaron a enseñar que era “de similar” (en griego homoiusius), de aquí surge el semiarrianismo. La diferencia de esta “i” haría replantear todo el tema de la salvación, que era una idea central en la época del imperio romano. Como dice Ireneo, “lo que no es asumido por Dios no puede ser redimido”, por lo cual, si Dios no es el que asume nuestra condición la salvación sería solamente un espectáculo sin sentido. Similar hace referencia que es un sucedáneo, pensamos que tiene las características de algo o de alguien, pero no lo es; de ahí que la salvación tiene que venir de Dios y no de un intermediario, quien nos salva es un mediador, por ello se profundiza en el homousios, agregando que es Dios de Dios, luz verdadera de luz verdadera.
b) También surgieron corrientes semi arrianas que empezaron a divulgar que el Espíritu Santo, la Tercera persona de la Santísima Trinidad, no era Dios, sino que un mensajero del Padre, pero que no era Dios (Pneumatomacos). La apología no se hizo esperar y fue el aporte de los Padres Capadocios (Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, y Basilio del Cesarea) quienes hicieron la defensa de la divinidad del Espíritu Santo, diciendo que el mismo Espíritu Santo estuvo ya presente en el Antiguo Testamento y por ello se le reconoce con el Título de Señor y dador de Vida, junto con destacar que fue esta persona de la Trinidad recibe la misma adoración y gloria que el Padre y el Hijo, y que fue él quien habló por medio de los profetas.
Todas estas discusiones llevaron a la convocatoria del Concilio de Constantinopla (año 381), en que se discutió sobre el tema de la naturaleza, y de las personas divinas (en el fondo porqué son tres personas y una sola naturaleza). Es una sola la naturaleza (o esencia) de Dios, pero son tres las personas (que indica la relación entre sí). De ahí que el Padre engendra al Hijo, y el Padre y el Hijo espiran al Espíritu Santo y viceversa, como un solo principio de espiración. Los tres son un solo Dios, pero un Dios que es comunidad.
El Concilio de Constantinopla va a sellar esta reflexión con un credo, que es el que conocemos hasta el día de hoy como “Credo Niceno-Constantinopolitano”
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
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Cristián Ahumada, me topé por casualidad con tu blog y me interesó sobremanera encontrar uno donde se analice la temática teológica de nuestra fé. No son temas populares ni masivos,´pero para mí como católico convencido, me interesa profundizar en argumentos que ayuden a defender y explicar nuestra fé. Yo tengo un blog de opinión y, sobre todo, político, pero he tratado con frecuencia temas relativos a nuestra fé y nuestra iglesia, lógicamente bajo un contexto mucho más simple que el que podría entregar un teologo; por eso me interesa tu visión. Creo que nuestra fe está siendo objeto, en los últimos años, de una subrepticia pero constante campaña de descrédito en sus bases, apoyados en best sellers como El Código Da Vinci o el falso protagonismo e importancia teológica que se le da al Evangelio de Judas, y para aquél que no tiene su fe firme, es fácil caer en la confusión que algunos medios pretenden crear.
ResponderBorrarYo tengo fuertes reparos contra la Iglesia Católica chilena, en particular contra su jerarquía, por la infiltración marxista que ha corroído como un cáncer la Iglesia de esta parte del mundo (teología de la Liberación mediante), probablemente no compartas la intensidad de mis críticas, pero es algo que he vivido y observado de primera fuente desde los años 70 y 80, en mi colegio católico donde estudié.
En resumen, no pretendo ni espero que estés de acuerdo con todo lo que escribo, pero te reitero que me parece importante que tu página exista y la estaré siguiendo. Saludos, de Cristián, también, de
cuidadoporquienvotas.blogspot.com