La Iglesia Perseguida (Fuente: Abc)

250 millones de cristianos sufrirán persecución este año en diversos países del mundo, desde China al África subsahariana y, en particular, en la gran mayoría de los países islámicos. No se trata sólo de violencia física, sino también de coacciones, restricciones y otras múltiples vías indirectas para impedir la práctica personal de la fe cristiana o su expresión en el ámbito público.

Parece que el tiempo de las catacumbas y de las persecuciones sangrientas en el imperio romano es algo más que un capítulo de los libros de Historia. Con todos sus altibajos y limitaciones, Occidente ha logrado configurar un régimen de libertad religiosa que tuvo su primer reflejo en las colonias inglesas de América del Norte y fue recogido después por las declaraciones de derechos propias del Estado constitucional. Las ideas de tolerancia, primero, y de libertad plena, después, permitieron el despliegue de un modelo de cooperación entre el Estado y las diversas confesiones basado en el respeto a las creencias de cada persona. Por desgracia, no sucede lo mismo en otras muchas zonas del mundo, donde predomina la mezcla entre religión y política, que convierte a los disidentes de la religión oficial en enemigos a los que se debe reducir al silencio de forma implacable. El sectarismo conlleva la negación del derecho a existir de quienes no comparten los propios dogmas. Desde esa mentalidad, el cristianismo es una víctima propiciatoria para impedir no sólo su práctica, sino su expansión en países cuyos dirigentes lo consideran una peligrosa intromisión en un territorio acotado.


Sorprende, una vez más, la mala conciencia de algunos sectores del mundo occidental que reniegan de sí mismos y aceptan en cambio la más sangrienta tiranía cuando se practica en nombre de otras civilizaciones. El buenismo en política internacional, las ocurrencias al estilo de la Alianza de Civilizaciones o las dudas infundadas sobre los principios que inspiran nuestra convivencia en libertad son fiel reflejo de la enajenación moral que afecta a muchos políticos e intelectuales. Con sus deficiencias y servidumbres, Occidente es la civilización que mejor ha logrado garantizar la dignidad del ser humano y ha creado más prosperidad para más gente que ninguna otra. No cabe triunfalismo alguno, por supuesto, pero cualquier comparación le resulta abrumadoramente favorable, también en el ámbito de la libertad religiosa y de creencias. Mientras en Europa los estados desarrollan acuerdos de cooperación con los musulmanes, en el mundo islámico ser cristiano exige una actitud heroica, con grave riesgo a veces para la propia vida. Un observador imparcial podría determinar muy claramente de qué lado se sitúa la justicia. Sin embargo, muchos contemplan la situación con una óptica sesgada, dispuestos a asumir los más graves atentados a los derechos humanos en nombre de una falsa conciencia multicultural.

Comentarios

  1. Hola hola!

    Off-Topic: viste la entrevista con Jutta Burggraf en Zenit?

    La tengo aquí, con foto:

    http://alemaniasociedad.blogspot.com/2007/01/jutta-burggraf-el-ecumenismo-es.html

    Un abrazo!

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  2. Creo que el enlace que pusiste tiene algún error, leí el artículo y lo encontré muy atingente.

    Leer artículo.

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  3. Qué buen texto el que has escrito. Yo soy de las que me cuesta entender la intolerancia hacia ciertos credos o principios. Y es que siempre he pensado que buscar una verdad absoluta es casi imposible. Lo ideal sería tolerar todo mientras tenga base y fundamento. Pero bueno, eso tambiñen es imposible, tú ya lo explicaste en tu texto.

    Sabes... ojalá algún día pudieses escribir de lo que significa ser Católico en Chile. Desde el siguiente punto: cuando le mencionas a algunas personas de que eres Católico, tienden a pensar de que debemos ser políticamente correctos en todo. Ante el más mínimo error nos tiran la típica frase "menos mal que te dices Católico"

    ¿Por qué la gente piensa que el Católico no peca? Piensan que poco menos uno debe ser Santo, y no es así. Por eso, nos tiran toda la carrosería ante el más mínimo error.

    Espero haberme explicado. A ver si me das tu opinión.

    Un abrazo.

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