Un Fuego que enciende otros fuegos

PentecostésPentecostés es una Solemnidad en la Iglesia porque se recuerda el acontecimiento que marca el fin de la comunidad de discípulos y el inicio de la primera comunidad cristiana misionera, lo que conocemos como Iglesia. Fue todo un proceso iniciado por el llamado de Cristo a doce hombres para que estuvieran junto a él, luego les enseñara los misterios del reino de Dios, instituyó a Pedro como cabeza de esta Iglesia, luego les dio el memorial (anámnesis) de lo que tenían que celebrar durante su Última Cena, después de su pasión y resurrección les restituyó su autoridad frente a los hermanos, y con su Ascensión les dijo que permanecieran unidos y orantes hasta que viniera el Paráclito, el Espíritu Santo, para que sellara todo este proceso de nacimiento de la Iglesia.


Pentecostés también es la fiesta del Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad, "que, con el Padre y el Hijo, reciben la misma adoración", dice el Credo Niceno Constantinopolitano. ¿Cómo conocemos que el Espíritu Santo es Dios? Por la misión que cumple en la historia de nuestra salvación, y dentro del misterio mismo de Dios que se deja entrever por su actuar en nuestra historia.


La figura del Espíritu del Señor está presente en el actuar de Cristo, en varias partes que Jesús está movido por el Espíritu Santo, esta moción que hace es porque Cristo está lleno de él, como todo creyente hoy en día, porque el Espíritu Santo comunica a los corazones y voluntades de los creyentes las intenciones de Dios, nos inspira, por ello es que una de las misiones del Espíritu Santo en nuestra vida es comunicar, dar a conocer a otro lo que yo vivo, pienso y siento. Esa comunicación nos invita a ser uno, como lo son el Padre y el Hijo. Es este mismo Espíritu el que nos permite ser hijos en el Hijo. Es el Espíritu Santo quien nos diviniza, nos hace entrar en la esfera de Dios y conocer su misterio, por ello es que en el misterio de la fe, es el Espíritu Santo quien nos fortalece en nuestra debilidad, nos anima en nuestro cansancio, y nos llama para que volvamos hacia Jesús; de ahí que sea nuestro abogado, y cuide a la Iglesia que el Padre le ha encomendado a su Hijo. He aquí su actuar en nuestra historia.


Santísima TrinidadSi pudiésemos hablar de amor verdadero, tendríamos que referirnos al amor de la Trinidad, y el misterio de esa unión profunda entre personas estaría centrada en el misterio de la comunicación amorosa del Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. Todo lo que he escrito anteriormente no puede salir sino sólo del misterio del amor que existe al interior de la Trinidad, y que nosotros apenas razonamos, y que mis palabras son una fotografía bien defectuosa del misterio perfecto que se haya en Dios, no es falsa humildad, sino que mis palabras traicionan lo que es el misterio del Espíritu Santo de Dios, un Fuego que enciende otros fuegos, que comunica la unión entre corazones, y nos llama a avivar entre los demás la esperanza de la unidad. Feliz Pentecostés.


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